martes, 16 de junio de 2009

Modulo 2: Bases y Actualizaciones en Tecnologías Aplicadas

A partir de la diversidad de autores propuestos, opiniones emergentes desde distintos espacios y el aporte de mis compañeros en sus blogs, intentaré realizar algunos breves comentarios en relación a la trascendencia de la web 2.0 en nuestra vida cotidiana y, especialmente, en los ámbitos escolares a los que miramos como futuros escenarios del cambio.
Utilizaré como disparador el Capítulo 2 del libro: “Inteligencia Colectiva o medios fast food”, escrito por Cristóbal Cobo Romaní, referido a “La construcción de un cerebro digital planetario”.
Es interesante la recopilación que el autor hace de los conceptos vertidos en los últimos años por distintos autores: Interactividad (Berners-Lee, 1996); Inteligencia colectiva (Levy, 2004); Multitudes inteligentes (Rheingold, 2002); Sabiduría de las Multitudes (Surowiecki, 2004) y Arquitectura de la participación (O’Reilly, 2005).
La importancia de la web 2.0 radica en que para un sinnúmero de usuarios, la información deja de considerarse solamente como un objeto final en la red, para pasar a plantearse como un insumo más dentro de una cadena de producción del conocimiento y en donde, el usuario (experto o no) es, a su vez, su artífice. Esto significa simple y revolucionariamente, la posibilidad de pasar de un “conocimiento adquirido” a través de la red a un “conocimiento producido” a partir de la misma. Internet, nos irá mostrando, entonces por un lado, la información que se genera fuera (subida posteriormente para su circulación) y, por otro, la que, gracias a la participación de cientos, miles o millones de usuarios, se genera diariamente en ella, con las herramientas de la web 2.0.
La información así construida tendrá ciertas ventajas respecto de la forma tradicional de producir conocimiento, justamente debido a las potencialidades de las herramientas de la web 2.0. Entre ellas podemos destacar: la posibilidad de interactuar e innovar que tienen todos los participantes interesados (a partir de un “colaboratorio”, según el término popularizado por Matsuura); el permitir que las inteligencias individuales no sigan fragmentadas sino que se potencien en ámbitos que superen las barreras nacionales replanteando un nuevo dinamismo en la construcción del conocimiento colectivo (Cobo, 2006), es decir en la forma en que las sociedades generan, almacenan y recuperan información; se genere una participación más democrática en la toma de decisiones, permitiendo enriquecer el contexto bajo el cual se toman, a partir de la interacción de nuevos actores que complejizan la red gracias a su participación y colaboración entre usuarios (O’Reilly, 2005), mejorando, consecuentemente, los resultados obtenidos, puesto que éstos no están basados en la tecnología de la red sino, justamente, en la propia participación de los usuarios.
Las potencialidades de la web 2.0 no sólo responden a concepciones teóricas basadas en la riqueza obtenida en la nueva forma de construir conocimiento sino que hay resultados ostensibles de que ello ocurre. En la masiva y significativamente creciente participación de usuarios en las nuevas estructuras participativas como Blogger, Wikipedia, Youtube, Myspace, etc., existen numerosos casos de ello, más allá del uso narcisista o lúdico al que muchos quieren reducirlo.
Lo más positivo en las aplicaciones web 2.0 es que sus usuarios las reconvierten y adaptan para sus propios fines (Kuklinsky, “Inteligencia Colectiva o medios fast food”, Cap. 4). Con ello, la circulación de la información recreada adquiere velocidades sustanciales que escapan, pues, cualquier mecanismo de control.
Una de las críticas más duras que se realiza a esta tecnología es consecuencia de su velocidad. El hombre, en general, no tiene un poder de adaptación tan rápido a los cambios generados a partir de sus aplicaciones provocando que gente que hace un par de años se consideraba “vanguardista” en el uso de la tecnología , hoy se vea superado por los nuevos cambios. Y, en esto, me siento un tanto identificado, preguntándome además si luego de advertir muchísimas novedades en esta diplomatura no romperé, en algún momento nuevamente el hilo conductor hacia nuevas tecnologías por venir. Pero lo más importante aún, a mi entender, es considerar que no están dadas las condiciones para que el acceso a las tecnologías de la información sea pareja, provocando que grupos sociales vulnerables y aún más, países enteros, acrecienten su marginalidad a partir de la condena a un menos competitivo mercado analógico off-line (Wilhelm, 2004).
Además de la velocidad, un motivo de análisis es la cantidad de información disponible. Implícitamente, está presente la idea de que una información repetida en varios medios es verdadera, cuando, en muchos casos, la arquitectura participativa de la web 2.0 permite que una información generada en un lugar específico se propague por diversas nuevas falsas fuentes en la red (en realidad se trataría sólo de “repetidoras”). También en el sentido de la “veracidad” de la información una de las fuertes críticas está referida a la falta de profesionalidad o academicismo en la generación de la información, es decir: construcción colaborativa, no significa construcción de calidad. Se pueden citar aquí, entre otras, las discusiones en relación a la Wikipedia.
Creo que la respuesta a estas críticas tiene un solo indicador, a futuro: la educación. Y cada uno de nosotros es un actor protagónico en las instituciones de las que formamos parte. Castells ya afirmaba que no le preocupaba tanto la divisoria digital en cuanto a la conectividad a la red (que va mejorando considerablemente), sino en el tratamiento que se le da a la información existente en ella.
Puedo compartir la idea de que la adecuación de políticas educativas a fin de disminuir plenamente la brecha digital es una utopía, pero también compartiré que debemos todos hacer un esfuerzo en el mismo sentido, puesto que más utópico es creer que el avance tecnológico y sus impactos sociales en materia de generación y circulación de la información esperará a que la distribución equitativa de la riqueza en el mundo sea una realidad. Más bien, tendremos que tomar las herramientas de la web 2.0 para permitir que su impacto tienda a reducir la brecha de conocimiento y, con ello, mejorar la situación de las economías más marginadas.

Bibliografía

- Castells, M. “Internet y la sociedad red”. Lección inaugural del programa de doctorado sobre la sociedad de la información y el conocimiento.
- Cobo Romaní, C. y otro. “Planeta Web 2.0. Inteligencia colectiva o medios fast food”. Grup de Recerca d’Interaccions Digitals, Universitat de Vic. Flacso México. Barcelona / México, D.F., 2007.
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http://www.clarin.com/diario/2006/01/11/um/m-01122651.htm
- http://www.eduteka.org/Web20Ideas.php
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http://www.francispisani.net/2005/02/como_funciona_w.htmlhttp://www.kriptopolis.org/wikipedia-entre-la-buena-fe-y-el-caos

Modulo 1: Transformaciones y Desafíos de la Educación

Para analizar la incidencia el impacto de las herramientas tecnológicas de la sociedad de la información en mi actividad profesional y personal, comenzaré diciendo que realizo dos actividades profesionales importantes, una como Ingeniero Agrimensor y otra como docente de nivel medio y terciario, ambas iniciadas en 1.993 (al egresar de la universidad).
Para esa época el uso de las P.C. en el ejercicio profesional estaba circunscripto a un reducido grupo de personas, especialmente vinculadas a los ámbitos académicos. Todavía existían los programas desarrollados bajo el sistema operativo DOS y aparecía como una novedad el entorno Windows. Recuerdo mi primer contacto efectivo con la informática: la elaboración del informe de la Campaña Final (redactado desde una de las PCs del Centro de Estudiantes de la Facultad) para el que utilizamos un procesador de texto científico llamado ChiWriter (creado en 1.986) que funcionaba bajo DOS.
Con el uso mas generalizado de Windows y, para intentar adaptarme a Los “nuevos tiempos” realicé algunos cursos de capacitación en manejos de programas bajo ese entorno, pero siempre me resultaron inconsistentes. Lo poco allí aprendido no resultaba significativo para mi actividad y quedaban rápidamente desactualizados. Rescatando lo básico, comprendí (por experiencias de terceros) que la forma contextualizada de aprender el uso de estas herramientas se daba a partir de necesidades concretas a resolver y no, como nos formó la universidad, en aprendizajes generales para ser aplicados posteriormente según el caso presentado. La tecnología nos mostraba, entonces, una desestructuración en la forma de aprender, contrastando así con el modelo pedagógico formal de la universidad, aún vigente hoy.
Un hito en mi joven carrera profesional, fue la adquisición, en 1.995, de equipos receptores G.P.S. MAGELLAN para la utilización en mensuras rurales. Estos receptores (muy costosos) no solo facilitaron sobremanera nuestra actividad sino que constituyeron un cambio de paradigma en la forma de plantear los levantamientos topográficos, pasando del levantamiento a partir del posicionamiento relativo (por métodos “mecánicos”), al absoluto (a partir de la recepción, transformación y procesamiento de información electrónica). Lo que se mide no solamente podía ser utilizado para ese trabajo sino que, al estar georreferenciado, es insumo para otros trabajos posteriores, para compartir la información con otros colegas u organismos que lo soliciten, etc. Vimos, poco tiempo después cómo, a partir de esta lógica y pensado para un uso más masivo, aparecen los denominados navegadores satelitales, quienes, con asombrosa sencillez y a un precio muy accesible, nos permitían marcar numerosos puntos y trayectorias sobre el territorio, obtener distancias, velocidades, superficies, etc. en forma instantánea, dentro de un margen de error aceptable para la gran mayoría de las actividades. Estos navegadores Garmin, penetraron el mercado argentino al final de la década del ’90. Su uso se masificó permitiendo que gente, especialmente jóvenes con casi nula formación en las áreas de topografía, cartografía o astronomía, los usaran a su manera, con resultados altamente sorprendentes. Como profesional en el área vi, junto a otros colegas, resoluciones en forma rápida, sencilla y eficaz. Había una sensación por momentos de que “cualquiera podía hacer cualquier cosa”. Nuevamente aquí vimos que, como lo dice Begoña Gros “Las generaciones mayores enseñaban el uso de los instrumentos a los jóvenes (así como actuó la universidad con nosotros). Sin embargo, en la actualidad, son los más jóvenes los que acceden de forma fácil y sencilla al manejo de los medios que es la fuente principal de la información”.
Otro hito fundamental marcado por la tecnología en el ámbito de mi profesión de agrimensor es el desafiante lanzamiento del programa “Google Earth” en 2.006, que permite, a través de Internet, el uso masivo de un pequeño sistema de información geográfica mundial. Nuevamente vemos cómo se populariza (y a un nivel muy superior al del navegador) el uso de las (para muchos) enigmáticas imágenes satelitales, cuyo uso estaba también muy restringido a ámbitos académicos, científicos y profesionales. Tal es el impacto que causa este programa a nivel popular que uno aprecia en el aula de informática la elección de los alumnos como un “distractor” antes o durante las actividades planteadas por el docente.
El grado de evolución tecnológica que uno percibe en estos 15 años hace actualmente inconcebible el desarrollo de mi profesión sin estas herramientas, fundamentalmente por cuestiones de tiempo, economía y precisión en las actividades. Además es impactante el uso masivo que se le da a esta tecnología desde los más diversos ámbitos: seguridad; ecología, turismo, comunicaciones, etc.
Ingresando ahora a mi profesión docente, mi primer acercamiento de importancia en el uso de las TICs comienza en el año 1.995, con un curso del Ministerio de Educación de la Nación para escuelas de nivel medio, con el proyecto “Red Telar” cuyo objetivo era el empleo de la teleinformática como un recurso pedagógico en las escuelas del país. Lamentablemente la falta de acceso a Internet desde mi comunidad, sumada a concepciones de gestión escolar, no permitió el desarrollo de este proyecto. Sin embargo, la (hasta ese momento) desconocida utilización del correo electrónico para la comunicación de la información producida en la escuela era una novedad que despertó en algunos docentes un enfoque distinto de la utilización de las TICs.
Soy crítico respecto a la falta de seguimiento de las autoridades educativas de los proyectos con los que se dota a las escuelas de recursos tecnológicos. Encuentro acertadas las palabras del Dr. Diego Levis cuando dice que desde las políticas educativas se pretende disminuir la brecha digital sólo con la provisión de recursos tecnológicos a las escuelas (brecha digital de recursos), aunque estas ingresen “con calzador”. Trabajo en una escuela de nivel medio, en donde, a pesar de que los recursos fueron llegando en forma progresiva (y, es cierto, aún son insuficientes), el impacto de los mismos en la formación de los alumnos es casi nula. Llama la atención que aún hoy siga pensándose en los ámbitos de gestión educativa escolar y jurisdiccional que el uso de las computadoras y demás recursos son sólo para “expertos” y para “aplicaciones” específicas (lo que denota la falta de superación de modelos de aprendizaje y enseñanza adquiridos desde la formación de base, en la sociedad de hace 3 o 4 décadas).
En mi comunidad, el acceso a Internet se produjo en forma tardía. La imposibilidad de contar con la línea 0600 porque se hallaba a más de 50 Km. del nodo central, demoró el acceso masivo de mis conciudadanos a la información digital mundialmente disponible hasta fines del año pasado, cuando una empresa telefónica conocida permitió la introducción de la banda ancha a través de fibra óptica. Esto impactó, por supuesto, en la utilización del recurso en el ámbito escolar.
Finalmente, como última experiencia relevante con las TICs desde el ámbito educativo, debo indicar capacitación virtual con motivo de la inclusión de nuestro instituto terciario en la Red Nacional de Formación Docente creada por el INFOD a fines del año pasado, con el fin de que se vayan “llenando” los nodos con actividades educativas significativas. El mayor impacto, en lo personal, fue la posibilidad de utilización de los campus virtuales en la educación superior lo que, entiendo es un arma formidable para replantear las prácticas educativas.

Bibliografía
- Castells, M.; La era de la información; Tomo I, Economía, Sociedad y Cultura; Capítulo 1: "La revolución de la tecnología de la información", 1997.
- Gros, B.; De cómo la tecnología no logra integrarse en la escuela a menos que ... cambie la escuela., Jornadas Espiral, Barcelona, 2004.
- Levis, D.; Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información: "Modelo para armar” en Signo y Pensamiento Nº 44, Bogotá., 2004.

jueves, 4 de junio de 2009

La Educación y las Tecnologías... de las Energías!

Quiero compartir con ustedes un video del blog "TN y la gente" que nos muestra la realidad de una escuela de Capital Federal y la reacción de alumnos (entiendo que el video ha sido subido al blog por un alumno).




La realidad de muchas escuelas del país no distan mucho de ésto, o son aún peores!.

Sin embargo, no podemos dejar de lado el uso de la web 2.0 para informar de esta necesidad ante la opinión pública, con lo que el problema se tornará "conocido" y, seguramente tendrá una posibilidad mucho mayor de resolución. ¿Qué pasa entonces con aquellos alumnos diseminados en el interior lejano de la Argentina que, en condiciones peores que éstas, no tienen acceso a estas tecnologías para dar a "conocer a la sociedad" sus problemas?

Por otro la "subida" del video a la Internet es realizada por una parte interesada en el tema (alumnos). ¿Es periodístico mostrar el video desde una posición única, no solo en la red sino también por el informativo que sale por un canal de cable? (en la presentación periodística no se mostraba la posición de quienes también, seguramente tenían algo para decir al respecto: padres, docentes, directivos, autoridades educativas, etc.).

Creo que el pasaje de este vídeo enviado por un blogosnauta, genera reacción en la gente, no solo que ingresa al blog, sino a la que vé el canal de cable donde el mismo es retransmitido. Por lo tanto el nivel de popularidad que alcanza es mucho mayor.

Esta es una observación al uso de la web 2.0. ¿Es positivo? ¿Es negativo?

Los invito a opinar.

Saludos a todos!

Hacia una educacióm mediada por la web 2.0

El auge de las Tecnologías de la Información y Comunicación, con su encuadre actual, el de la web 2.0 nos obliga a replantearnos la manera en la que el alumno adquiere y selecciona la información que le resultará pertinente, construyendo así su propio camino de aprendizaje.
Y, por supuesto, la pregunta que viene es: ¿que rol debe asumir el docente en esa relación información-alumno? En esa relación, ¿está "excluído" el docente?, el docente es el "seleccionador de la información" que llegará al alumno? (este rol es posible hoy con la web 2.0?); la web 2.0 será sólo una herramienta para que el alumno llegue a la información deseada? (y deseada por quién?)...
En el presente vídeo se plantea una pequeña exposición que nos muestra lo que se está pensando en relación a la educación desde la web 2.0.








Los invito a reflexionar desde cada una de las realidades en las que desempeñamos nuestra función.

Saludos a todos los visitantes!

Jorge